Las ‘festas’ populares, tradición que se remonta al siglo XVI, son fechas de reflexión espiritual y unión religiosa. La ‘festa» es el principal acontecimiento social del año en los pueblos y la semana es el resultado de meses de esfuerzo por parte de voluntarios y ciudadanos que, después de tantos meses de preparativos, tienen un fuerte sentimiento de compañerismo.

Las campanas de la iglesia que repican durante toda la semana son más que una llamada a la oración: marcan el comienzo de cinco días de preparación espiritual en los que familias enteras acuden en tropel a la iglesia. Las fiestas empiezan con tres días de oración que finalizan con el día de ‘festa’. Las iglesias celebran vísperas y misas con himnos especiales dedicados al santo patrón.

La noche anterior a la fiesta, las vísperas y la misa empiezan a las 18.00h aproximadamente. Las bandas musicales dan conciertos y, más tarde, alrededor de las 22.00h, comienzan los fuegos artificiales.

El día de ‘festa’ en cuestión, se celebra una misa solemne a las 9.00h de la mañana. El cura reza al santo patrón e invita a los feligreses a llevar una vida más ejemplar. Al anochecer, se vuelven a tocar las campanas de víspera. La estatua del santo patrón es transportada a hombros y, acompañada por el sonido de instrumentos de viento, recibe una lluvia de confetti a medida que pasea por las calles.

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