Historia

Las Islas tuvieron un periodo dorado en el Neolítico que puede contemplarse en los restos de sus misteriosos templos megalíticos dedicados a la diosa de la fertilidad. Posteriormente, los fenicios, los cartagineses, los romanos y los bizantinos dejaron su huella en las Islas.

En el año 60 después de Cristo, San Pablo naufragó en la isla de Malta cuando estaba de camino a Roma e introdujo el Cristianismo en Malta. Los árabes conquistaron las islas en el año 870 después de Cristo y dejaron una importante impronta en el idioma de los malteses. Hasta 1530 Malta fue una extensión de Sicilia: los Normandos, los Aragoneses y otros conquistadores que gobernaron en Sicilia también gobernaron las Islas Maltesas. Fue Carlos V quien legó Malta a la Soberana Orden Militar de San Juan de Jerusalén, que gobernó en Malta desde 1530 hasta 1798. Los Caballeros de dicha Orden llevaron a Malta a una nueva edad de oro convirtiéndola en un actor clave en la arena cultural europea durante los siglos XVII y XVIII. Las corrientes artísticas y culturales de las islas recibieron una injección con la presencia de artistas de la talla de Caravaggio, Mattia Preti y Favray (entre muchos otros), que, por encargo de los Caballeros, embellecieron iglesias, palacios y albergues.

En 1798 Bonaparte, durante su viaje Egipto, arrebató Malta a los Caballeros. La presencia francesa en las islas no duró mucho ya que los ingleses, que fueron llamados por los malteses para que les ayudasen a luchar contra los franceses, bloquearon las islas en 1800.

El dominio de los ingleses en Malta duró hasta 1964 cuando Malta obtuvo su independencia. Los Malteses adoptaron el sistema británico de administración, educación y legislación. Malta se convirtió en República en 1974 y en estado miembro de la Unión Europea en mayo de 2004.