Estas islas, que sirvieron como hogar para los Caballeros Hospitalarios de San Juan, primeros defensores de la Cristiandad, tienen una historia religiosa de gran riqueza.
Los habitantes de las Islas Maltesas están considerados como uno de los pueblos cristianos más antiguos del mundo. San Pablo, que naufragó en su ruta de cautiverio hacia Roma en el año 60 de la era cristiana, introdujo el Cristianismo en Malta. Se pueden seguir sus pasos en santuarios, grutas y catacumbas en Rabat y en la antigua capital Mdina.
Hay 365 iglesias y capillas repartidas por todo el territorio de las Islas y normalmente podrá localizar el centro de cualquier ciudad o pueblo dirigiéndose hacia la iglesia parroquial, aunque en muchas localidades hay dos o más iglesias y capillas. Enseguida verá las iglesias barrocas de las Islas, con sus cúpulas pintadas en rojo o plateadas que destacan en el horizonte. Forman parte del paisaje de las Islas, dominan las plazas de los pueblos y ciudades y están en el corazón de la vida social y cultural de Malta.
La fiesta en honor del santo patrón de la iglesia parroquial continúa celebrándose con el mismo fervor que se ha celebrado siempre. Cada iglesia es una obra maestra de la arquitectura, con su propio estilo que la distingue y cada una tiene su propia historia y alberga reliquias y tesoros únicos. Los candelabros de mármol y cristal, las pinturas, los frescos y las tapicerías abundan en las viejas iglesias. Las imágenes de Santos y de la Virgen María ocupan lugares prominentes en muchas iglesias.
Como la piedra caliza es blanda y fácil de labrar, los escultores, arquitectos, constructores y artesanos malteses han sido capaces de crear adornos y complicadas esculturas en el interior y en el exterior de las iglesias de Malta y Gozo.
Quizás lo más asombroso de todos los lugares religiosos son las pequeñas capillas que se encuentran al lado de los caminos. Algunas están excavadas en la roca, otras están junto a acantilados o laderas. Todos lugares que invitan a la contemplación.